Un estudio publicado recientemente en la revista especializada Critical Reviews in Food Science and Nutrition muestra que tal vez dejar de comer carne no sea tan bueno para la salud mental.
Dejar de consumir carne o alimentos de origen animal es una tendencia creciente que cada vez es más común en todo el mundo. Esta decisión o hábito de consumo puede darse por diversos factores.
Existen personas que llevan una dieta vegetariana: evitan todo tipo de carne, pero que sí incluyen alimentos de origen animal, como lácteos. También están los veganos: personas cuya dieta se basa solamente en alimentos de origen vegetal y evitan todo tipo de comida que haya tenido un origen animal.
Hay quienes se inclinan a este tipo de alimentación por convicciones ambientales: la ganadería es una de las actividades humanas que más contaminación causa. Por un lado, para alimentar a las vacas se requieren extensiones muy grandes de pastizales, lo que a veces se consigue talando bosques.
También hay quienes evitan estos alimentos porque están en contra del maltrato animal. Pero la tercera razón por las que muchas personas dejan de comer carne, es porque consideran que es mejor para su salud. Pero quizá no lo es en todos los casos.
La salud mental es un aspecto al que cada vez se le presta más atención. Cada vez se cuenta con más información basada en datos científicos verificados sobre qué factores influyen en ella. Ahora sabemos la influencia de la alimentación en la salud de todo nuestro cuerpo, incluso en el cerebro.
Un estudio publicado recientemente en la revista especializada Critical Reviews in Food Science and Nutrition muestra que tal vez dejar de comer carne no sea tan bueno para la salud mental.
Un grupo de investigadores de la Universidad del Sur de Indiana, hizo una revisión de los hábitos de alimentación de alrededor de 170,000 personas, para buscar si había una relación con la incidencia de depresión y ansiedad.
El análisis lo hicieron a partir de los datos que fueron publicados en otros estudios realizados a lo largo de casi 20 años.
Con esto, encontraron una correlación significativa entre el consumo de carne y condiciones como la depresión y la ansiedad. Siendo su conclusión, que las personas que sí consumen carne de forma habitual tienen menor incidencia de estas condiciones.
La Dra. Urska Dobersek, una de las autoras del análisis considera que, aunque las correlaciones que encontraron son significativas, hay que ser cuidadosos al generalizar: ya que la carne no necesariamente es el único factor que puede influir en la prevalencia de estas condiciones.
De cualquier manera, el resultado es interesante, considerando que quizá las personas que llevan una dieta vegana o vegetariana, deban tener en cuenta no olvidar incluir suplementos de vitaminas del grupo B en su alimentación.
Se tienen evidencias de que la deficiencia de vitaminas del grupo B, como la B12, B6 y el folato, puede influir en la depresión.
Especialmente la vitamina B12 se obtiene exclusivamente de alimentos de origen animal como las carnes, y es esencial para el funcionamiento adecuado del sistema nervioso.
Así que quizá, esa es una de las razones por las que quienes comen carne tienen menos incidencia de ansiedad o depresión.
A final de cuentas lo importante de cualquier dieta que lleves, es que sea una dieta balanceada y te proporcione todos los nutrientes necesarios. Y que además de eso, si lo consideras necesario, atiendas tu salud mental con un especialista.
Fuente: Ámbito