Expertos han llamado a las empresas que conforman el sector alimentario a integrar en su política de responsabilidad social, y por tanto en su negocio, los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
Así se ha puesto de manifiesto en el ‘4 Foro Nestlé de Creación de Valor Compartido’, que se ha celebrado en Alimentaria, salón que este año se celebró junto con Hostelco en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona, España.
En concreto, la ONU estableció en 2015 un total de 17 grandes objetivos, cada uno de los cuales tiene metas específicas que deben alcanzarse al 2030 y entre los que figuran el fin de la pobreza, el hambre cero, educación de calidad, agua limpia y saneamiento, producción y consumo responsables, y acción por el clima, entre otros.
En este sentido, la directora general de Food and Drink Europe, Mella Frewen, ha afirmado que la industria alimentaria está implementando los objetivos marcados por la ONU, ya que se trata de un sector directamente implicado con la salud, la erradicación del hambre y el medio ambiente.
“Se trata de ofrecer alimento, pero de forma sostenible, de integrar al medio ambiente en el negocio”, ha asegurado, y destacó el compromiso de Nestlé con los retos fijados por las Naciones Unidas.
Por su parte, el Corporate Relations Senior Manager en el World Resources Institute (WRI), JP Leous, destacó la importancia de tejer alianzas para lograr estos objetivos y de integrar en la empresa aquellos más cercanos con el ‘core business‘ de la compañía.
Fue muy crítico con el desperdicio alimentario, y llamó a tejer una alianza mundial para reducirlo a la mitad de cara a 2030, tal y como planteó en 2016 el presidente de Nestlé, Paul Bulcke: “Es un problema masivo que no nos podemos permitir”.
Revolución social
El exdirector general de La Fageda y director de la consultora Taller de Negocios, Josep Maria Corbinos, destacó por su parte que la cuarta revolución industrial ha llegado acompañada de una revolución social, en que el consumidor es más crítico y está en permanente evolución: “Las empresas deben ser hoy sociales y sostenibles si quieren perdurar”.
“Aplicando criterios sociales se gana competitividad y rentabilidad”, dijo Corbinos, que ha puesto de ejemplo La Fageda, una cooperativa sin ánimo de lucro creada en 1982 que tiene como objetivo la integración laboral de personas de la comarca de La Garrotxa (Girona) que sufren discapacidad intelectual y trastornos mentales severos.
Para Corbinos, la responsabilidad social de las empresas “no es una nueva moda o un peaje para caer simpático al cliente porque el ser social no es un argumento de ventas, sino un elemento de construcción de las marcas”.
La sesión, a la cual asistieron más de 250 profesionales de la industria alimentaria y de la distribución, estuvo inaugurada por el presidente de Fira de Barcelona y de Alimentaria, Josep Lluís Bonet, quien ha pedido un “compromiso por un mundo más justo, sostenible y solidario”.
Fuente: La Vanguardia
