La posibilidad de limitar las denominaciones de la hamburguesa y salchicha a los alimentos fabricados con carne había generado un encendido debate en las últimas semanas entre el lobby del sector cárnico y las organizaciones ecologistas. Sin embargo, el Parlamento Europeo resolvió en contra de limitar las denominaciones.
El Parlamento Europeo (PE) votó el viernes pasado en contra de limitar las denominaciones “hamburguesa”, “salchicha”, “filete”, “escalope” y “burger” a los productos cárnicos, lo que hubiera obligado a negociar con los Estados miembros a modificar los nombres de los sucedáneos de origen vegetal.
Se trataba de una enmienda en la postura del Parlamento Europeo sobre la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), cuyo texto final se votará esta tarde y para el que más de un millar de enmiendas llevan revisándose desde el martes.
“La enmienda 165 ha sido rechazada, una victoria para todos los ecologistas y una gran derrota para el sector de la carne”, dijo el eurodiputado Francisco Guerreiro, de los Verdes.
No obstante, la Eurocámara sí aprobó otra enmienda para impedir el uso de referencias como “del tipo”, “estilo” o “alternativa” para comparar productos no lácteos a los lácteos -por ejemplo, la mantequilla de soya o la leche de almendra-, un extremo que aún debe negociarse con el Consejo (los países).
El Tribunal de Justicia de la UE ya concluyó hace unos años que no se puede hablar de leche, nata, mantequilla, queso y yogur para productos no derivados de la leche pero la enmienda va más allá y busca impedir este tipo de referencias comparativas para asemejarlos a los lácteos tradicionales.
La posibilidad de limitar las denominaciones de la hamburguesa y salchicha a los alimentos fabricados con carne había generado un encendido debate en las últimas semanas entre el lobby del sector cárnico y las organizaciones ecologistas.
El 42.4 por ciento cree que las denominaciones tradicionales (carne, salchicha, etc) deberían permitirse siempre que los productos estén claramente etiquetados como vegetarianos, el 26.2 por ciento no ve ningún problema en utilizar esas denominaciones y el 20.4 por ciento cree que esas denominaciones no deberían estar autorizadas.
La organización de los consumidores europeos subraya que para cumplir con la estrategia “De la Granja a la Mesa”, que quiere impulsar una producción y consumo alimentario más sostenibles, los consumidores europeos deben pasar a “una dieta más vegetal, con menos carne roja y procesada”.
El consumidor debe disfrutar de “una gama de fuentes alternativas de proteínas atractivas y asequibles” y ese atractivo, dicen, “depende de que sean fácilmente identificables”.
Fuente: Sin Embargo