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Crean la superlechuga dorada, con 30 veces más vitaminas

Un grupo de investigación del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de València (UPV), han desarrollado un innovador método para biofortificar las hojas y otros tejidos verdes de las plantas.

Aunque el método se ha creado usando plantas de tabaco (Nicotiana benthamiana) como modelo de laboratorio, se ha aplicado a la clásica lechuga (Lactuca sativa) como modelo de cultivo.

Así es la superlechuga dorada valenciana

Lo que han hecho estos investigadores, liderados por Manuel Rodríguez Concepción, profesor de investigación del CSIC en el IBMCP, es incrementar el contenido de sustancias saludables como el beta-caroteno, hasta 30 veces más que la cantidad estándar de una lechuga.

El beta-caroteno es un precursor de la vitamina A y otros elementos que son imprescindibles para la vista, el sistema inmune, y la buena salud en general, ya que también es un potente antioxidante.

Lo importante de esta nueva técnica, es que el beta-caroteno se almacena en lugares de la planta que no interfieren con la fotosíntesis, así que no afecta a la salud de la verdura.

Mediante la combinación de técnicas biotecnológicas y tratamientos con alta intensidad de luz, han conseguido almacenar elevados niveles de beta-caroteno en los plastoglóbulos, vesículas de almacenamiento de grasas presentes de forma natural dentro de los cloroplastos.

Al aumentar en 30 veces la cantidad de beta-caroteno en la lechuga, el color de las hojas cambia del verde al amarillo. Por eso la han bautizado con el nombre de superlechuga dorada. Además, esta variante es más resistente a la luz intensa del sol, y a las sequías.

La combinación de la mejora nutritiva, con la capacidad de almacenar beta-caroteno en lugares que no interfieren con el metabolismo de las plantas “representa un avance muy significativo para mejorar la nutrición a través de la biofortificación de lechugas, acelgas o espinacas sin renunciar a su característico aroma y sabor”, explica Pablo Pérez Colao, coautor del trabajo.

Fuente: Computer Hoy

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