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Alimentos y bebidas: el sector con mayor riesgo reputacional digital en México

En un contexto empresarial donde la reputación es un activo intangible estratégico, la industria de alimentos y bebidas se destaca en México no sólo por su contribución económica, sino también por enfrentar los riesgos reputacionales más altos en el entorno digital.

El Mapa de Territorios de Riesgo Reputacional en Escenarios Digitales 2024, elaborado por las firmas Swarm y PRP, revela cómo las industrias del país lidian con amenazas a su reputación, en un escenario donde la conversación digital tiene una importancia cada vez mayor.

Funciona como un termómetro de la percepción pública y evalúa los niveles de riesgo reputacional de empresas de diversos sectores, en áreas clave como salud, contaminación e impuestos, así como otros factores sensibles dentro del entorno digital. La herramienta analiza el sentimiento de la conversación, clasificando a las compañías en una escala de vulnerabilidad del 1 al 4, siendo el 4 la mayor exposición y riesgo en términos de reputación.

El Mapa de Territorios de Riesgo Reputacional evalúa a partir de parámetros de ASG (Ambiente, Sociedad y Gobernanza), por lo que brinda una visión completa de los riesgos que amenazan a las empresas en el espacio digital. Para la creación de la herramienta, se monitoreó la conversación de 30 grandes empresas representativas de seis sectores estratégicos durante 13 meses, todos ellos con una relevancia económica que los convierte en actores clave del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

Alimentos y bebidas

El mapa identifica que los sectores de bebidas no alcohólicas y alimentos enfrentan altos índices de vulnerabilidad, con un promedio de 2.69 y 2.51 puntos en la escala de riesgo, respectivamente.

Parte importante de esta vulnerabilidad radica en la percepción de las prácticas y políticas ambientales y sociales de las compañías. En una era de transparencia y constante acceso a la información, cualquier práctica percibida como negativa ya sea por temas ambientales o laborales, por ejemplo, puede desatar un aluvión de comentarios y opiniones en redes sociales y otras plataformas digitales. Este tipo de exposición no sólo afecta la imagen de una marca, sino que tiene el potencial de generar pérdidas económicas y afectar alianzas estratégicas en el largo plazo.

Al desglosar los datos, el mapa revela que el sector de bebidas no alcohólicas es especialmente vulnerable en temas de salud y agua, con un puntaje de 3.2 y 3.0, respectivamente. Esto se debe, en parte, al escrutinio público sobre los efectos de estos productos en la salud de los consumidores y su impacto ambiental.

La industria alimentaria enfrenta también altos puntajes en cuestiones relacionadas con residuos y contaminación (2.9 puntos) y en factores económicos (2.7 puntos). Tales aspectos incluyen desde la huella ecológica de los empaques, hasta el impacto de sus cadenas de suministro en los ecosistemas.

Igualmente enfrenta altos riesgos en los temas laborales y de impuestos, ambos con calificaciones cercanas a los 2.7 puntos. Ello pone en evidencia cómo los temas relacionados con el bienestar de los trabajadores y el cumplimiento fiscal, son cruciales para la percepción pública en México.

Cerveza

El mapa también ofrece una perspectiva sobre aquellos sectores con menores niveles de riesgo. La industria cervecera, con una media de 1.61 puntos en el índice de vulnerabilidad, se presenta como el sector más resiliente.

Las compañías en esta categoría obtienen puntajes bajos en áreas como residuos, contaminación, agua y salud. A pesar de ser un sector que también puede enfrentar críticas por su impacto ambiental, las cerveceras han logrado mitigar el riesgo gracias a una mejor gestión de percepciones, más una comunicación eficiente de esfuerzos en sostenibilidad.

De acuerdo con el reporte, en un contexto como el mexicano donde la reputación puede representar hasta el 75% del valor de mercado de una empresa, las compañías deben tomar en serio estos riesgos y verlos como oportunidades para fortalecer su imagen y consolidar su lugar en la mente del consumidor.

Fuente: El Economista (con edición de Alfa Editores)

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