El pavo es una de las cenas tradicionales de Nochebuena e incluso de Año Nuevo, como muchas familias pudieron constatar recientemente. Sin embargo, es de los alimentos que los mexicanos ingieren poco durante el resto del año, pues el consumo per cápita es apenas de 1.25 kilogramos, ocurriendo el 90% del mismo durante la temporada navideña.
En contraste, el consumo de pollo por habitante es de aproximadamente 33 kilos al año, de acuerdo con la Unión Nacional de Avicultores (UNA) y el coordinador del Centro de Enseñanza, Investigación y Extensión en Producción Avícola (CEIEPAv), de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, Jorge Miguel Iriarte.
“A lo largo del tiempo, el consumo de pavo ha sido estacional en nuestro país, al igual que en Estados Unidos, pues es en el Día de Acción de Gracias cuando más lo preparan, aunque el anual por habitante en la Unión Americana es de 7.2 kilos”, explica.
Además, sólo el 6% de esas aves que llegan a nuestras mesas son criadas en México, mientras que el resto proviene de Estados Unidos, Brasil, Chile y Canadá, principalmente.
“Es una carne magra y de fácil digestión, cualidades que la convierten en recomendación frecuente de los nutriólogos. Su bajo contenido de grasa, alto aporte proteico y reducido nivel calórico, la hacen ideal para una dieta equilibrada y saludable”, precisa el experto.
Uno de los factores que podría haber dificultado su consumo es que se trata de una especie grande, de 8 a 10 kilos, aunque actualmente se manejan más pequeñas, de 5 a 6 kilos.
Aunado a ello está el precio. Mientras el kilo de pavo entero cuesta unos 150 pesos, el de pechuga de pollo está en 110 aproximadamente. A estos factores también debe sumarse que en los últimos años hubo escasez de animales para la crianza, a causa de la presencia de gripe aviar en los Estados Unidos.
Asimismo, el académico menciona que su crianza es noble pues alcanza el desarrollo en 12 a 14 semanas. El estado de Yucatán es el principal productor, seguido de Puebla, Estado de México, Veracruz y Tabasco.
“Lo que ayuda a que el consumo per cápita no sea tan bajo es que en el sureste se consume mucho. En Yucatán hay una variedad de platillos típicos a base de pavo: el caldo de pavo, el relleno negro o el pavo en escabeche, entre otros”.
Fuente: UNAM (con edición de Alfa Editores)