Las cifras por tirar comida en buen estado son alarmantes: 31 millones de toneladas de alimentos se pierden o desperdician anualmente en México, según datos de la consultora de gestión ambiental en los negocios Kolibri.
Este problema que en nuestro país representa 2.5 puntos del PIB, es un desafío todavía más grande en Estados Unidos. Por lo que California ha decidido dar un paso radical para tratar de subsanar este dispendio que, sólo en su territorio, pretende ahorrar 70 mil toneladas de residuos alimenticios cada año.
California se acaba de convertir en el primer estado de la Unión Americana en prohibir por ley que el empaquetado de alimentos incluya la frase “vender antes de”; esto, como una primera estrategia para frenar que las familias tiren comida que está en buen estado.
El promotor del ajuste es el representante demócrata Jacqui Irwin, quien tuvo el respaldo del gobernador Gavin Newsom para impulsar la medida, que entrará en vigor el 1 de julio de 2026.
En un comunicado para festejar tal suceso, el político dijo que “todos hemos tenido que lidiar con la duda de si nuestra comida sigue estando bien. Al reforzar los estándares de etiquetado y por lo tanto reducir el desperdicio de alimentos, (esta nueva ley) mantendrá el dinero en los bolsillos de los consumidores, y al mismo tiempo ayudará al medio ambiente y al planeta”.
Las fórmulas infantiles, los huevos y algunas bebidas alcohólicas quedarán fuera de esta medida, aunque deberán establecer sus propias formas de etiquetado sustituto para advertir sobre el consumo adecuado de los alimentos.
En este contexto, destaca que los consumidores mexicanos tiran los alimentos aptos para su consumo cuando tienen un mal aspecto, según el estudio “Alimentos: oportunidades y desafíos en la cadena de valor” de Kolibri.
Desde un ángulo medioambiental, el desperdicio de comida en el mundo equivale a cargar seis camiones de basura de alimentos comestibles cada segundo; lo que contribuye con el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, principal fuente del cambio climático.
Fuente: El Gráfico (con edición de Alfa Editores)