El almidón resistente, que se encuentra en una amplia gama de alimentos como la avena, pasta, arroz, chícharos, frijoles y plátanos verdes, puede reducir el riesgo de desarrollar un cáncer, según un estudio llevado a cabo por investigadores de las universidades de Newcastle y Leeds y que ha sido publicado en la revista Cancer Prevention Research.
El ensayo internacional, conocido como CAPP2, involucró a casi mil pacientes con síndrome de Lynch de todo el mundo y reveló que una dosis regular de almidón resistente, también conocida como fibra fermentable, tomada durante un promedio de dos años, redujo a más de la mitad la presencia de cáncer, especialmente, de tumores gastrointestinales superiores, incluidos los cánceres de esófago, gástrico, vías biliares, páncreas y duodeno.
Un efecto que duraba 10 años después de dejar de tomar el suplemento. De hecho, en el periodo de seguimiento, hubo sólo cinco nuevos casos de cánceres gastrointestinales superiores entre los 463 participantes que habían tomado el almidón resistente en comparación con 21 entre los 455 que tomaron el placebo.
“El almidón resistente se puede tomar como un suplemento en polvo y se encuentra de forma natural en los chícharos, los frijoles, la avena y otros alimentos ricos en almidón. La dosis utilizada en el ensayo es equivalente a comer un plátano diario. Y es que, antes de que se vuelvan demasiado maduros y blandos, el almidón de los plátanos se resiste a la descomposición y llega al intestino, donde puede cambiar el tipo de bacteria que vive allí”, señalaron los expertos.
El almidón resistente es un tipo de carbohidrato que no se digiere en el intestino delgado, sino que se fermenta en el intestino grueso y alimenta a las bacterias intestinales beneficiosas, actuando como la fibra dietética en el sistema digestivo.
“Creemos que el almidón resistente puede reducir el desarrollo del cáncer al cambiar el metabolismo bacteriano de los ácidos biliares y reducir esos tipos de ácidos biliares que pueden dañar nuestro ADN y eventualmente causar cáncer. Sin embargo, esto necesita más investigación”, añadieron los investigadores.
Fuente: La Jornada Maya