Los arándanos, más que solo una delicia dulce, podrían ser una herramienta poderosa para combatir problemas de salud comunes como la diabetes. Un reciente estudio de la Universidad de Valparaíso ha arrojado luz sobre cómo esta fruta puede influir positivamente en la gestión del azúcar en la sangre y la insulina.
Investigación innovadora en la Universidad de Valparaíso
El estudio, liderado por un equipo de la Escuela de Nutrición y Dietética y el Centro de Neurobiología y Fisiopatología Integrativa, ha revelado que los arándanos frescos pueden tener un impacto significativo en la salud metabólica. Esta investigación se enfocó en evaluar los efectos de los arándanos en el manejo de la glucosa después de las comidas y su capacidad antioxidante.
Se descubrió que estos pequeños frutos son mucho más que una fuente de sabor: son ricos en polifenoles, que desempeñan un papel crucial en la inhibición de las enzimas digestivas y en la modificación de las vías de la microbiota intestinal que afectan la liberación de hormonas gastrointestinales.
Efectos a corto y largo plazo de consumir arándanos
La parte más reveladora del estudio implicó dos experimentos: uno en el que se consumían arándanos de manera aguda junto con alimentos ricos en carbohidratos y otro donde se consumía la fruta diariamente durante seis días.
Los resultados mostraron mejoras en la regulación de la glucosa posprandial y un aumento en la sensibilidad a la insulina, lo que sugiere que el consumo de arándanos puede mejorar la respuesta del cuerpo a la insulina de manera más eficiente.
Los investigadores destacaron la importancia de consumir los arándanos en su forma natural, en lugar de procesados como jugos o mermeladas, para preservar sus propiedades antioxidantes y fibra dietética. Esto es crucial, ya que el procesamiento puede disminuir los beneficios nutricionales de la fruta.
Fuente: Cronista