Investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG) trabajan con una leguminosa llamada lupino para elaborar un alimento barato que permita atender la desnutrición.
Se prevé tener resultados en octubre de 2021 y la investigación podría impactar en la seguridad alimentaria del país.
La institución dio a conocer que la especialista Gabriela Camargo Hernández notó la presencia de lupinos en el trayecto a su centro de trabajo en el Centro Universitario de los Altos (CU Altos) y pensó en aprovecharlos.
El lupino silvestre tiene forma de varita y pequeñas semillas, una leguminosa similar a la soya con propiedades importantes y rica en proteínas, que no ha sido investigada a profundidad en México, a pesar de que en otros países sí lo están investigando.
Los investigadores buscan propiedades especiales y comestibles en el Lupino exaltatus zucc y el proyecto recibió la aprobación para acceder a un apoyo económico para el Programa para el Desarrollo Profesional Docente (Prodep).
La especialista detalló que se recolectarán lupinos en la región Altos Sur y de distintas especies de maíz para probar la eficiencia alimenticia de la leguminosa en el afán de buscar la seguridad alimentaria, pues podría ser procesarse en el futuro para alimentar a seres humanos.
“Parece como varitas de nardo. Por ejemplo, la lavanda es un lupino de ornato, y en los paisajes de los Altos Sur son muy comunes. Se le pueden extraer sus propiedades, como la fragancia para el champú, aceites esenciales, perfumes y otros artículos”, expuso Camargo Hernández.
El lupino tiene elementos antioxidantes que el cuerpo metaboliza de manera efectiva, según la investigadora.
Los trabajos para probar la eficiencia alimentaria se realizarán en laboratorio a través del gusano hemátodo C. ellegans, hermafrodita de 302 neuronas usado por investigadores en el mundo para ese tipo de experimentos por su similitud con ciertos aspectos de los seres humanos y porque su genoma está plenamente identificado.
Camargo Hernández consideró que el trabajo con ese gusano es barato y eficiente.
Los investigadores harán germinar las semillas de lupino a una temperatura especial, luego las molerán y disolverán en soluciones para que los gusanos consuman el alimento a fin de monitorear su movilidad y crecimiento.
Participan también los investigadores Sergio Sánchez Enríquez y Jaime Briseño del CU Altos, así como Leonardo Hernández Hernández, Araceli Castillo Romero y Susan Gutiérrez Rubio del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS).
Otros investigadores involucrados son Ramón Rodríguez Macías, Jacinto Bañuelos Pineda y Francisco Zamora Natera, del Centro Universitario de Ciencias Biológico Agropecuarias (CUCBA).
Fuente: NTR Guadalajara