En el Centro de Investigación en Química Aplicada se han desarrollado películas activas de PET reciclado post-consumo con complejos de inclusión de aceites esenciales
Los doctores Pamela Celeste Flores Silva, Ernesto Hernández Hernández, Israel Sifuentes Nieves y Eduardo Ramírez Vargas del departamento de Materiales Avanzados del Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA) compartieron un estudio en el que desarrollaron Empaques activos: un aspecto clave para afrontar la pérdida de alimentos perecederos.
En un comunicado que comparte el CIQA, se da a conocer que la pérdida de alimentos se refiere a la disminución de la cantidad de alimentos para consumo humano que ocurre en las etapas de producción, postcosecha, almacenamiento y distribución; o sea, durante las etapas previas al consumo en el hogar.
Por lo tanto, los empaques de alimentos juegan papel primordial para lograr la conservación y protección de los alimentos a lo largo de la cadena de distribución. En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha incitado a buscar innovaciones tecnológicas, entre las que destacan empaques apropiados, que ayuden a disminuir la pérdida de alimentos (FAO, 2020).
Por ello, los empaques activos han recibido gran interés, ya que además de proteger físicamente a los alimentos, los componentes adicionados promueven la incorporación, liberación o absorción de sustancias activas que mantienen las propiedades inherentes del alimento, prolongando así su vida de anaquel.
La comunidad científica-tecnológica ha enfocado sus esfuerzos en desarrollar empaques activos, buscando que además tengan un menor impacto ambiental que los empaques tradicionales. Debido a esto, los desarrollos se han enfocado principalmente en utilizar biopolímeros para evitar el uso de plásticos sintéticos y tener una mayor compatibilidad entre los materiales.
En el Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA) se han logrado desarrollar películas activas de PET reciclado post-consumo con complejos de inclusión de aceites esenciales. Los resultados obtenidos hasta el momento son alentadores, ya que el proceso de extrusión ha permitido lograr una distribución homogénea de los complejos de inclusión en el polímero (rPET), sin afectar sus propiedades mecánicas.
Además, las películas activas retrasaron el crecimiento de hifas de Penicillium ssp., aún después de ser sometidas a un segundo proceso de extrusión (reciclaje), corroborando el efecto anti fúngico de los complejos activos base extractos naturales en el empaque.
Los retos que presenta el desarrollo de películas activas grado alimenticio con polímeros sintéticos reciclados post-consumo aún son considerables. Por ello, se continúa realizando investigación para lograr interacciones interfaciales entre el polímero sintético y los complejos de inclusión que permitan la liberación sostenida y controlada de los aceites esenciales con el objetivo de desarrollar empaques alineados a la visión de economía circular que prolonguen la vida de anaquel de los alimentos.
Fuente: Milenio