Mezcalité es la primera marca en obtener la certificación ante el Consejo Regulador, que no está compuesta únicamente de mezcal. Pese a la pandemia, sus exportaciones pudieron mandarse antes; ahora un ranking los coloca como una propuesta mexicana que conquista el extranjero.
Un licor de mezcal nacido entre los campos de agave que se extienden en suelo oaxaqueño fue reconocido hace unos días por una publicación europea como una de “las nuevas botellas y productos que estamos bebiendo en esta primavera”.
Se trata de la página europea Barchic.com, con presencia en ciudades como Berlín, Barcelona, Amsterdam, Atenas, Beijing, Beirut y Budapest, la cual incluyó a Mezcalité como una de las propuestas que está conquistando tierras extranjeras.
“Todo es cultivado y recolectado orgánicamente por familias oaxaqueñas de la región de la Costa. Dejan enfriar esas frutas con el mezcal durante ocho meses para que tome intensidad con el sabor ahumado del maguey. Obtienes un licor jugoso y equilibrado con algunos guiños salados y terrosos”, cita el sitio web.
La bebida en cuestión se trata de una marca que busca posicionarse en el mercado internacional. Surgió hace más de nueve años como un proyecto para rescatar la herencia de sus familias, cuentan en entrevista los creadores y directivos de Mezcalité, Araceli Palacios y Gustavo Rico.
La familia de Araceli, relata, fue la primera en vender mezcal en Tlacolula, por herencia de su bisabuelo, posteriormente se dedicó por años al cultivo de maguey. Mientras que la familia de Gustavo se ha dedicado a la producción de mezcal, por lo que al unirse como pareja, decidieron emprender una iniciativa dentro del oficio mezcalero.
Primero, en 2010, experimentaron con la reestructuración de la marca de la familia de Gustavo, pero las cosas no salieron como esperaban, por lo que formaron su marca: Divino Maguey.
“Quisimos hacer una marca premium, pero nos dimos cuenta de que el mercado estaba saturado de otras marcas que tenían grandes inversiones económicas respaldándolos. Estábamos muy chavos y no contábamos con los medios suficientes para competir”, cuenta Araceli.
De acuerdo con datos del Consejo Regulador del Mezcal, al menos 25 mil familias oaxaqueñas, situadas en más de 150 localidades, se dedican a la producción de la bebida milenaria; una de las zonas más sobresalientes es el valle de Tlacolula de Matamoros.
El abuelo de Gustavo, por ejemplo, Gustavo Pensamiento, en su mezcalería La Favorita, en el centro de Tlacolula, fue el primero que decidió experimentar con frutas como nanche o naranja para elaborar licores a base de mezcal, a los que llamó cremas.
Desarrollo del proyecto
Tomando esa inspiración, Araceli y Gustavo comenzaron a trabajar en un licor en 2012. Crearon sus propias recetas a base de mango, tamarindo, café, jamaica, maracuyá y naranja, pero con la receta original del abuelo de Gustavo.
En ese año, un empresario de Playa del Carmen los contactó para maquilar una producción de 500 botellas, con lo que pudieron capitalizar su marca.
Camino a Europa
“No teníamos conocimientos en mixología, sino hasta 2019, cuando fuimos invitados a Berlín, donde tuvimos la oportunidad de posicionarnos como un licor que es acompañante para una buena mixología”, cuenta Gustavo sobre La Bar Convent Berlín, feria especializada en el sector de bebidas espirituosas y coctelería.
Antes de llegar a tierras europeas, la pareja tuvo que certificar a Mezcalité ante el Consejo Regulador de Mezcal, para facilitar su exportación. Así, la marca se convirtió en la primera que no está compuesta únicamente de mezcal en obtener certificación.
Fuente: El Universal – Oaxaca