Adoptar hábitos dietéticos que se alejan del patrón de dieta occidental en favor de una dieta mediterránea, podría reducir sustancialmente el riesgo de desarrollar cáncer de estómago, según el estudio ‘MCC-Spain’, realizado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, en España.
El proyecto, liderado por Adela Castelló y Nuria Aragonés, y publicado recientemente en la revista ‘Gastric Cancer’, cuenta con la colaboración de investigadores de once comunidades autónomas españolas y busca aportar nueva información sobre factores de riesgo y posibles estrategias de prevención.
Concretamente, en esta investigación en la que participaron 295 pacientes con adenocarcinoma de estómago y 3,040 personas sanas de diez provincias españolas, se ha explorado la relación entre el riesgo de tener un adenocarcinoma gástrico y tres patrones de dieta que caracterizan los hábitos alimentarios de la población española.
Por un lado, el patrón ‘occidental’ representa un tipo de dieta con alto consumo de productos lácteos grasos, granos refinados, carne procesada, bebidas azucaradas, dulces, comida preparada y salsas. Por otro lado, el patrón ‘prudente’ es característico de personas que parecen estar preocupadas por su peso y consumen productos lácteos bajos en grasas, granos integrales, frutas, verduras y jugos. Finalmente, los individuos que siguen un patrón ‘mediterráneo’ presentan también un elevado consumo de frutas y verduras, pero añaden a su dieta pescado, papas hervidas, legumbres y aceite de oliva, y prefieren consumir las frutas enteras en lugar de ingerirlas en jugos.
Mitad de riesgo de tumor maligno
De esta forma, los investigadores observaron que los participantes del patrón de la dieta ‘occidental’ mostraron el doble de riesgo de desarrollar un adenocarcinoma de estómago en comparación con los individuos con una baja adherencia a esta dieta. Por otro lado, una alta adherencia al patrón de dieta ‘prudente’ no se asoció con el riesgo de este tumor; mientras que los participantes con adherencias altas al patrón ‘mediterráneo’ presentaron la mitad de riesgo de desarrollar un tumor maligno de estómago que aquellos con adherencias bajas.
“Este último resultado es especialmente importante puesto que indica que para prevenir el cáncer gástrico no es suficiente con consumir una gran cantidad de frutas y verduras, sino que además hay que añadir a la dieta productos ricos en grasas saludables como el pescado o el aceite de oliva y otros productos típicos de la dieta mediterránea como las legumbres”, ha detallado la doctora Castelló.
Ahora bien, la investigadora Aragonés ha destacado la importancia de ser “cautos” con las conclusiones del estudio, avisando que una dieta altamente concordante con el patrón occidental “no es sinónimo” de desarrollar cáncer gástrico, y que seguir una dieta mediterránea no garantiza que pueda evitarse el desarrollo de este tumor.
“En cualquier caso, los resultados de este estudio confirman la necesidad de transmitir a la población que se debe reducir el consumo de los alimentos propios de patrón occidental y aumentar la ingesta de alimentos característicos del patrón mediterráneo”, precisó.
Fuente: Heraldo