Un nuevo empaque hecho de fibras vegetales, biodegradable y con propiedades antibacterianas, mantiene la fruta en buen estado por más tiempo. Investigadores de la Universidad de Harvard y Rutgers (EE.UU.) han desarrollado un material que se pulveriza sobre los alimentos para formar una capa que los protege de posibles daños en tránsito y de infecciones por patógenos, alargando su vida útil hasta en un 50%.
Este envase sostenible puede fabricarse a gran escala y es económico, por lo que los científicos sospechan que, además de abordar el desperdicio de alimentos, puede ser una alternativa eficaz para reemplazar los envases de plástico y las películas transparentes, muy utilizadas en la industria alimentaria.
En los últimos 50 a 60 años, se han arrojado al medio ambiente aproximadamente seis billones de toneladas de plásticos a base de petróleo, muchos de los cuales no se pueden reciclar y tardan siglos en descomponerse. Durante este proceso, “microfragmentos de estos plásticos terminan en el agua que bebemos, los alimentos que comemos y el aire que respiramos, con implicaciones para la salud humana”, dice Philip Demokritou, director del Centro de Investigación de Nanociencia y materiales avanzados en Universidad de Rutgers y coautor de la investigación presentada en Nature Foods.
Con el objetivo de encontrar alternativas a la sustitución de los envases de plástico para alimentos y sustituirlos por materiales más sostenibles, los investigadores han desarrollado una nueva tecnología que utiliza fibras basadas en un polisacárido llamado pululano, elaborado a partir de la fermentación de un hongo.
El material tiene la forma de un dispositivo que parece un secador de pelo y se rocía sobre alimentos frescos, ya sea bistec o fruta. No se requiere tratamiento adicional.
La película que se crea en la superficie del producto es lo suficientemente fuerte como para protegerlo de posibles golpes durante el transporte y ayuda a conservar las propiedades del alimento por más tiempo. Como es soluble en agua, simplemente enjuague el producto para eliminarlo.
El material se rocía sobre alimentos frescos, ya sean bistecs o frutas
En el estudio, los investigadores utilizaron un aguacate y encontraron que el empaque aumentó en un 50% la vida útil de la fruta, que se mantuvo en buenas condiciones sin perder peso ni color. Según los investigadores, la tecnología que desarrollaron permitiría reducir la cantidad de alimentos que se desperdician cada año; Solo en 2021, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se desperdiciaron 931 millones de toneladas de alimentos en todo el mundo, el 17% de los alimentos disponibles.
Asimismo, las fibras vegetales utilizadas son absolutamente seguras para la salud humana y cuentan con propiedades antimicrobianas naturales, capaces de combatir infecciones provocadas por patógenos como Eschericchia coli o Listeria. Aunque existen envases con propiedades antimicrobianas, tienen una gama limitada debido a que su fabricación requiere una gran cantidad de principios activos, lo que incrementa los costos de fabricación. En cambio, el nuevo y económico material puede actuar como sensor, activando y destruyendo cepas patógenas de bacterias, lo que permitiría reducir los casos de enfermedades transmitidas por alimentos, que provocan casi medio millón de muertes cada año.
“Hemos desarrollado esta tecnología escalable que nos permite convertir biopolímeros, que se pueden obtener de la economía circular de los residuos alimentarios, en pequeñas fibras que pueden encapsular directamente los alimentos”, afirma Demokritou, quien destaca que se trata de un paso en uno nuevo. Generation se trata de envases ecológicos e inteligentes para productos perecederos.
Fuente: La Vanguardia