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Desarrollan recubrimientos comestibles que prolongan la vida útil de frutas y hortalizas

Con el objetivo de combatir el desperdicio alimentario, estudios de la Universidad de Queensland (Australia) han explorado el uso de la goma natural de la savia de árboles locales, así como de tecnologías de la luz, para prolongar la vida útil de frutas y verduras frescas.

La investigación, llevada a cabo por la Alianza para la Innovación Agrícola y Alimentaria de Queensland (QAAFI), utilizó recubrimientos comestibles hechos a partir de goma arábiga, también conocida como goma de acacia, enriquecidos con extractos de plantas autóctonas australianas, descubriendo que detenían eficazmente el crecimiento de los microorganismos causantes del deterioro. Además de dichas películas, el equipo de investigación utilizó luz y curcumina, un compuesto extraído de la cúrcuma, para desactivar esporas fúngicas de los alimentos.

La Dra. Maral Seididamyeh, del QAAFI, explica que ambos métodos son eficaces para mantener frescos los alimentos durante más tiempo. Observó que el uso del recubrimiento comestible impedía el crecimiento de microorganismos de deterioro en el pimiento recién cortado, durante aproximadamente diez días cuando se almacenaba en refrigeración.

Este efecto de conservación se atribuyó a los ácidos orgánicos y compuestos fenólicos encontrados en extractos acuosos de plantas como lilly pilly del cabo York, tamarindo boonjee y las hojas de la pimienta de Tasmania. Dichos extractos demostraron propiedades antimicrobianas prometedoras; mientras que su análisis sensorial reveló que la fruta tenía mejor aspecto y olor.

A detalle, la técnica de fotosensibilización basada en la curcumina resultó muy eficaz, desactivando por completo las esporas fúngicas responsables del moho gris en productos frescos. Aplicado a las fresas, este método redujo la incidencia y gravedad de la podredumbre en un 20%, sin comprometer el color ni la firmeza de la fruta.

La investigadora enfatiza la importancia del descubrimiento en un contexto de creciente demanda de métodos sin productos químicos para prevenir el deterioro de los alimentos. Y señala que las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos son cada vez más resistentes a las soluciones sintéticas utilizadas habitualmente para conservarlos. Esto ha resultado en que los consumidores muestren una mayor preferencia por los conservantes naturales, frente a los aditivos sintéticos.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), el 17% de los alimentos se pierden por deterioro y otros problemas en los puntos de venta o en los hogares. Aunque los resultados de la investigación son prometedores, la Dra. Seididamyeh señala que es necesario seguir trabajando, sobre todo porque la fotosensibilización es un concepto relativamente nuevo en la industria alimentaria.

Explica que la fotosensibilización ya se utiliza en medicina, sobre todo en la terapia fotodinámica para destruir células anormales como parte de tratamientos contra el cáncer y precancerosos.

Sin embargo, el nuevo recubrimiento de goma comestible al que se le han incorporado extractos de hojas autóctonas australianas y curcumina, sigue siendo costoso. Para convertirlo en una alternativa viable de uso generalizado, serán necesarios más fondos para perfeccionar la tecnología hasta que pueda ser integrada en líneas comerciales de envasado y procesamiento. Fuente: Fresh Plaza (con edición de Alfa Editores)

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