Beber vino, café y comer verduras de hoja verde podría ser la clave para tener un corazón sano, según las conclusiones de una nueva investigación, pionera en el estudio del impacto en la salud alimento por alimento.
Investigadores de la Universidad de Harvard T.H. Chan School of Public Health, han estudiado durante 30 años de datos dietéticos de un total de 210.145 estadounidenses con el objetivo de evaluar cuánto influyen ciertos alimentos en los riesgos de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Descubrieron que una dieta rica en ingredientes proinflamatorios, como la carne procesada y los carbohidratos refinados (pan, bollos, dulces, pasta, arroz blanco, azúcar, jugos, bebidas dulces…), podía aumentar en un 46% el riesgo de una persona de sufrir una enfermedad cardíaca y en un 28% el de sufrir un accidente cerebrovascular.
Por el contrario, el estudio ha revelado que los participantes que comían muchos alimentos antiinflamatorios tenían un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas.
En concreto, el estudio cita alimentos como las verduras de hoja verde, las verduras de color naranja y amarillo, los cereales integrales, el café, el té y el vino tinto; que son todos ellos ricos en antioxidantes y vitaminas claves en los beneficios para la salud.
Este estudio, dirigido por la Doctora Jun Li, es único en el sentido de que los investigadores analizaron el impacto acumulativo de los alimentos proinflamatorios sobre el riesgo de enfermedad cardíaca. En otras palabras: por qué algunos alimentos son más dañinos para la salud del corazón que otros a la larga, de hecho el estudio se coloca entre los primeros en vincular un índice inflamatorio dietético (basado en alimentos) con un riesgo a largo plazo de enfermedad cardiovascular.
Así, los alimentos que favorecen la inflamación, capaces de aumentar las sustancias químicas del estrés en el cuerpo, están relacionados con tasas más altas de problemas cardíacos, según el estudio publicado en la edición del 10 de noviembre de la revista Journal of the American College of Cardiology.
Después de controlar los factores ligados al estilo de vida, descubrieron que las personas que comían comida o bebida procesada tenían más probabilidades de sufrir ataques cardíacos o desarrollar enfermedades cardíacas durante el estudio. Todos estos grupos de alimentos están vinculados a biomarcadores que indican inflamación y estrés en el cuerpo.
Por el contrario, tomar más alimentos vegetales sin procesar puede ayudar a reducir la inflamación, en concreto las sustancias vegetales llamadas ‘polifenoles’ parecen contribuir a regular el sistema inmunológico y reducir la respuesta del cuerpo al estrés, provocando una respuesta antiinflamatoria que ayuda a reducir el riesgo de enfermedad. El café y el vino, sobre todo el tinto, son dos bebidas vegetales con altas concentraciones de estos polifenoles que, según el estudio de Harvard, ofrecen una respuesta positivo en el organismo y mejoran la salud cardiovascular.
Fuente: Vinetur