Un estudio publicado hace escasas semanas relaciona la diabetes y la obesidad con el horario de nuestra cena. El texto, publicado la revista ‘Nutrients‘ ha comparado el efecto de comer los mismos alimentos durante el día y durante la noche y los resultados han sido sorprendentes. Pese a haber comido exactamente lo mismo, lo que consumieron los alimentos por la noche presentaban cierta resistencia a la insulina, lo que supone mayor riesgo de tener diabetes.
Otro estudio similar ha estudiado qué supone cenar lo más pronto posible, frente a hacerlo tarde, y mientras que los primeros tenían más capacidad para quemar grasa y menos riesgo de diabetes, en el segundo grupo ocurría lo contrario. Con estos datos, se podría apuntar que cenar temprano y varias horas antes de irse a dormir puede ayudar tanto a prevenir la obesidad como la diabetes. Lo que reflejan estos estudios es que para que nuestro cuerpo funcione como el reloj biológico que es, tenemos que comer a horas regulares y no saltarnos ciertas comidas, un hábito que también previene de posibles atracones tras muchas horas de ayuno.
Pues bien, estas dos enfermedades vuelven a coincidir en un estudio publicado de manera reciente. Un grupo de investigadores ha descubierto una nueva forma para tratar enfermedades inflamatorias y metabólicas, como son la obesidad y la diabetes de tipo 2. En concreto, el estudio que publica la revista ‘Microbiome‘ relaciona los niveles de succinato en sangre con la salud en el metabolismo de personas que padezcan alguna de estas patologías.
Probióticos para tratar la diabetes y la obesidad
El succinato es producido por distintas bacterias intestinales de nuestro organismo. En personas con obesidad o diabetes, su producción es más elevada de lo habitual y reducir sus niveles puede mejorar la salud. Pues bien, la clave pasa por tomar una serie de bacterias concretas que hacen la función de los probióticos.
El estudio se ha realizado entre el Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgi, la Universitat Rovira i Virgili y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas. En concreto, los doctores Sonia Fernández-Veledo y Joan Vendrell han liderado la investigación. Esta se ha llevado a cabo utilizando animales obesos libres de microbiota, “demostramos por primera vez que la microbiota intestinal es el origen de los niveles aumentados de succinato en obesidad y diabetes”, apunta Fernández-Veledo.
En cuanto a los probióticos, “esta nueva línea se basa en el uso de bacterias consumidoras de succinato, que disminuirían la inflamación y, en consecuencia, mejorarían los niveles glucémicos y la sensibilidad a la insulina, dos aspectos que están alterados en las personas con diabetes”, explican los expertos.
Fuente: Cope