El aguacate es uno de los alimentos que indiscutiblemente no pueden faltar en el hogar de miles de familias alrededor del mundo.
Persea americana, llamado popularmente aguacate, palto o aguacatero, es una especie arbórea del género Persea perteneciente a la familia Lauraceae, cuyo fruto, el aguacate o palta, es una baya comestible. Su origen se sitúa en Centro y Norteamérica, en las zonas de México, Guatemala y las Antillas y, su nombre deriva del azteca ahuacatl, que significa testículo.
Este fruto ha ganado gran popularidad en los últimos años, gracias a su delicioso sabor y propiedades benéficas para la salud, generando que exista una gran demanda de exportación a Estados Unidos y el continente europeo.
Bajo su piel rugosa, el aguacate esconde una pulpa (mesocarpio) untuosa y nutritiva que, aparte de cautivar paladares, ayuda a regular el colesterol. También cuenta con una semilla que es altamente utilizada en la industria cosmética para extraer aceite esencial.
Sin embargo, la cáscara (exocarpio) del aguacate, es desechada por las personas, sin saber los beneficios que se encuentran en ella.
Propiedades curativas de la cáscara de aguacate
Además de la pulpa y la semilla, la cáscara de aguacate contiene compuestos benéficos para la salud, ya que cuenta con un alto potencial farmacéutico.
La cáscara de aguacate tiene propiedades como antioxidantes y como protectores del sistema nervioso. Mientras los antioxidantes frenan el deterioro de las células, los neuroprotectores contribuyen a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
De acuerdo con un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Colombia, los resultados de un estudio arrojaron que la cáscara de aguacate tiene bioactivos de importancia farmacéutica.
El estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira, analizó tanto la cáscara como la semilla del aguacate, y concluyó que la primera tiene un mayor contenido de compuestos fenólicos y cuenta con las mejores capacidades antioxidantes y neuroprotectoras.
La cáscara de aguacate constituye una fuente económica potencial para la obtención de ingredientes funcionales o compuestos fenólicos (CF). En dicha parte del fruto, podemos encontrar aceites, carotenoides y fenoles, entre otros compuestos conocidos como bioactivos.
Según la agencia de la prestigiosa universidad, «los compuestos bioactivos se encuentran en las plantas, hojas, flores, frutos y todo lo que se consume de forma natural. Además, cuentan con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas, que por sus estructuras químicas son preventivas».
Sin embargo, en el caso de la cáscara de aguacate, otro estudio sugiere que «la microestructura de los tejidos vegetales juega un papel importante en la bioaccesibilidad de los CF y gran parte de ellos permanecen asociados a la fracción indigestible, pero, podrían liberarse en el intestino grueso por acción de la microbiota y proteger contra el estrés oxidativo».
Los resultados de esta investigación demostraron tener una buena inhibición frente a la acetilcolinesterasa, una de las enzimas responsables del Alzheimer.
«Es decir, posee actividades protectoras del sistema nervioso (neuroprotectoras), que podrían prevenir enfermedades neurodegenerativas. Los resultados tienen el potencial para ser utilizados en el desarrollo de productos farmacéuticos, cosmetológicos y alimenticios», comenta Juan Felipe Grisales Mejía, doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos y miembro del Grupo de Investigación en Procesos Agroindustriales (GIPA) de la Universidad Nacional, sede Palmira, a la Agencia.
Fuente: Ense de Ciencia