Próximamente se dará a conocer un estudio que intenta explicar los beneficios de algunos insectos para reemplazar el consumo de carne y así ayudar a la conservación del medio ambiente.
La investigación manifiesta que los ‘gusanos de la harina’, la forma larvaria de los escarabajos amarillos, al ser sometidos a procesos de cocción azucaradas por investigadores de la Universidad de Wonk Wank, en Corea del Sur, dan un sabor similar a la carne y, por lo tanto, una opción más para sustituir el consumo de la misma.
Si bien estos gusanos son utilizados principalmente para la pesca y como alimento de algunas mascotas domésticas, se ha revelado que tienen un componente nutricional bastante alto que, incluso, puede superar al de algunos alimentos del común.
“Los insectos son una fuente de alimento nutritiva y saludable con altas cantidades de ácidos grasos, vitaminas, minerales, fibra y proteínas de alta calidad, que son como la de la carne”, dice In Hee Cho, investigador de la Universidad de Wonkwang, y quien dirigió el estudio al periódico ‘The Guardian’.
“A muchos consumidores les gusta seriamente y necesitan proteína animal en nuestra dieta. Sin embargo, la ganadería tradicional produce más emisiones de gases de efecto invernadero que los automóviles. Por otro lado, la cría de insectos requiere solo una fracción de la tierra, el agua y el alimento en comparación con la ganadería tradicional”, agregó.
Cho también apuntó que los insectos comestibles han sido una fuente nutricional muy importante en regiones de Asia, África y centro américa, dónde han podido aprovechar los contenidos nutricionales de estos “superalimentos”; no obstante, recalcó que este tipo de insumos debería llegar a Europa y América del Norte para combatir el cambio climático.
Según reveló ‘The Guardian’, la producción de alimentos es la responsable de un tercio de la emisión de gases de efecto invernadero en el mundo, siendo la ganadería y la cría de animales las actividades que más generan resultados dañinos para la naturaleza.
En Colombia, por ejemplo, existen 6.6 millones hectáreas de tierra irrigable de las cuales tan solo el 12 por ciento cuenta con mejoras en los sistemas de drenaje y riego. Así mismo, solo el 3 % de hectáreas con el potencial necesario para plantaciones utiliza el 23 % del terreno para la agricultura, mientras que la ganadería se lleva el doble de plazas para esta actividad, según cifras reveladas por el Departamento Nacional de Planeación.
Una problemática bastante preocupante, pues según algunos datos recogidos por ‘Mongabay Latam’, el 60 por ciento de la deforestación del país es generada por la actividad ganadera.
Así las cosas, el consumo de insectos puede ayudar a preservar el medio ambiente, pues el cultivo de estos especímenes necesita espacios de tierra sumamente inferiores a los utilizados por la cría de animales, además de su carga nutricional.
Fuente: El Tiempo