Somos un país cervecero en toda la extensión de la palabra. La cerveza es la bebida alcohólica más consumida por los mexicanos, seguida por el tequila. Los mexicanos consumimos en promedio aproximadamente 70 litros por año; cifra modesta frente a los 181 litros que consume en promedio un ciudadano de República Checa, los 96 de un austriaco y los 82 de un alemán. Como un elemento de comparación, los mexicanos consumimos en promedio 163 litros por año de refresco, es decir, más del doble.
Tres de cada 10 cervezas que se exportan en el mundo, tienen su origen en México. Los productos agroindustriales que más exportamos son cerveza, aguacate, jitomate, tequila y mezcal. Somos el exportador número uno a nivel mundial, desde el año 2010. Nuestras marcas están presentes en 180 países, siendo Estados Unidos, Chile, Guatemala, Australia e Inglaterra los principales países importadores. En esta tabla nos siguen Países Bajos, Alemania y Bélgica, pero nuestro liderazgo se encuentra sólido.
Que seamos campeones en este sector no es casualidad. La industria cervecera mexicana es una tradición. Somos vecinos del mercado más grande del mundo; por una u otra razón —que ya hemos explorado en otros textos— el territorio mexicano provee el agua necesaria en calidad y cantidad a los productores, además de que existen condiciones apropiadas para el cultivo de cebada, una de las materias primas más importantes en su proceso de producción. Nuestra cerveza tiene una extraordinaria calidad y costo, que la convierten en la preferida de muchos consumidores en diferentes mercados.
Somos un importante productor, cuarto lugar a nivel mundial, sólo detrás de China, Estados Unidos y Brasil. Cerca del 70 por ciento de los insumos requeridos para esta producción es de origen nacional, lo que genera una gran actividad económica alrededor de ella. Es importante destacar que, frente al incremento en la producción y la exportación de cerveza, la producción de cebada mexicana se ha quedado corta, siendo necesaria su importación periódica.
Cerca de 700 mil mexicanos participan de su cadena de valor (es decir, personas que están inmersas en cada una de las tareas necesarias para su producción y comercialización), y aportan el 1.5 por ciento de nuestro Producto Interno Bruto.
La industria está repleta de retos. El agua seguirá siendo un insumo crítico, dadas las condiciones de disponibilidad en nuestro país. Los productores han hecho un esfuerzo importante por disminuir el volumen de agua necesario por litro de cerveza producido, pero ante el contexto que impera en distintas zonas del territorio, es claro que existe mucho por hacer.
Un dato importante a considerar radica en la propiedad de las empresas cerveceras artífices de estos logros. Cuauhtémoc Moctezuma fue vendida a la holandesa Heineken en 2010; por su parte, en el año 2012, Grupo Modelo fue vendido a la belga Anheuser Busch InBev. Esto último podría traer diferentes discusiones, que no demeritan el gran desempeño de una industria que brinda empleos de calidad, que genera desarrollo económico y que deberá de adaptarse ante la coyuntura actual.
Fuente: Razón