Aunque la leche líquida es el producto lácteo más conocido, comercializado y consumido alrededor del mundo, existen otros productos dentro de esta categoría2:
Leches fermentadas: Se obtienen de la fermentación de la leche utilizando microorganismos vivos. Tal es el caso del yogurt y el kéfir. Se caracterizan por tener beneficios a nivel gastrointestinal.
Quesos: Se obtienen mediante la coagulación de la proteína de la leche (caseína), que se separa del suero. Se clasifican según el origen de la leche, el proceso de elaboración, la textura, la corteza y el contenido de grasa. Son una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico.
Mantequilla: Se obtiene al batir la leche separando la grasa del componente líquido. Importante fuente de vitamina A, D y E, así como ácidos grasos de cadena corta asociados con algunos beneficios para la salud.
Leche en polvo: Se obtiene de la deshidratación de la leche y generalmente se presenta en forma de polvo o gránulos. Además de que tiene los mismos beneficios nutrimentales de la leche líquida, cuenta con larga vida de anaquel.
Helado: Se trata de un alimento congelado elaborado con leche o crema y algún tipo de endulzante, a menudo se combina con frutas u otros ingredientes y sabores. Si bien se trata de un alimento rico en grasas y azúcares, es importante elegir productos de calidad elaborados con leche real.
Crema: También conocida como “nata”, es la parte de la leche que es comparativamente rica en grasas; se obtiene descremando o centrifugando la leche.