Un innovador estudio realizado por la Universidad de Tel Aviv ha conseguido aumentar espectacularmente el valor saludable y medicinal de las algas marinas.
Investigadores de la Universidad de Tel Aviv y del Instituto de Investigación Oceanográfica y Limnológica de Israel (IOLR) han logrado aumentar significativamente la capacidad de las algas marinas para producir materiales naturales saludables.
El estudio actual se centró en potenciar la producción de compuestos bioactivos que ofrecen beneficios médicos al ser humano, como antioxidantes, cuya concentración en las algas se duplicó; protectores solares naturales cuya concentración se triplicó; y pigmentos protectores únicos de gran valor médico que se estimularon sustancialmente en diez veces.
Según los investigadores, estos hallazgos pueden servir a las industrias farmacéutica, cosmética, alimentaria y de suplementos nutricionales. El estudio se llevó a cabo con el enfoque innovador y sostenible de la acuicultura integrada, que combina el cultivo de algas marinas con el de peces. Este método beneficia a las algas y, al mismo tiempo, contribuye a purificar el agua de mar y a minimizar los impactos ambientales negativos.
El nuevo desarrollo fue dirigido por el estudiante de doctorado Doron Ashkenazi, de la Universidad de Tel Aviv y el Instituto Israelí de Investigaciones Oceanográficas y Limnológicas, bajo la dirección del Prof. Avigdor Abelson, de la Facultad de Zoología de la Universidad de Tel Aviv, y el Prof. Álvaro Israel, del IOLR. Álvaro Israel, del IOLR de Haifa, en colaboración con otros destacados investigadores de Israel y de todo el mundo, entre ellos Guy Paz, del IOLR; la experta en química orgánica Dra. Shoshana Ben-Valid; el Dr. Eitan Salomon, del Centro Nacional de Maricultura de Eilat; y los profesores Félix López Figueroa, Julia Vega, Nathalie Korbee y Marta García-Sánchez, de la Universidad de Málaga. El artículo se publicó en la revista científica Marine Drugs, gracias a los hallazgos pioneros del estudio en el campo de los compuestos medicinales y para la salud de origen marino.
Doron Ashkenazi explicó lo siguiente: «Las algas marinas, también conocidas como macroalgas, son plantas marinas que forman la base del ecosistema marino costero. Las algas absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno al medio ambiente. Purifican el agua, proporcionan alimento, hábitat y refugio a numerosas especies de peces e invertebrados. No muchos lo saben, pero además de todo eso, las algas producen una gran variedad de compuestos bioactivos distintos que son beneficiosos para el ser humano».
Y amplió: «Las algas que viven en la zona intermareal se enfrentan a condiciones extremas de estrés, que incluyen cambios en la salinidad, la temperatura, condiciones de desecación, cambios en la disponibilidad de nutrientes y alta exposición a la radiación solar, especialmente en el rango ultravioleta (UV). Por eso, para sobrevivir, las algas han desarrollado un conjunto único de mecanismos químicos de defensa, es decir, sustancias químicas naturales que les ayudan a hacer frente a estos duros entornos. Se podría decir que las algas son fábricas naturales muy eficientes para la producción de sustancias valiosas, que pueden ofrecer importantes beneficios a los seres humanos».
En un estudio anterior, el mismo grupo de investigadores desarrolló una tecnología innovadora que permite el crecimiento de algas enriquecidas con proteínas y minerales como zinc, hierro, yodo, magnesio y calcio. En el estudio actual, pretendían examinar si es posible aumentar y maximizar la producción de compuestos bioactivos y metabolitos secundarios de las algas, y cómo hacerlo, que ofrecen importantes beneficios para la salud. Estas sustancias incluyen antioxidantes, pigmentos protectores y filtros naturales de la radiación UV.
Para ello, establecieron un enfoque de cultivo original y práctico, en el que tres algas marinas locales: Ulva, Gracilaria e Hypnea, se cultivaron inicialmente junto con efluentes de pescado, y posteriormente se expusieron a diversas condiciones abióticas (factores de estrés), a saber, alta irradiancia, inanición de nutrientes y alta salinidad. Los investigadores estudiaron cómo afectaban estos cambios a la concentración de biomateriales valiosos específicos en las algas, con el fin de aumentar su producción.
Los resultados mostraron aumentos impresionantes en sus concentraciones: los niveles de antioxidantes se duplicaron, las moléculas de protección solar natural de las algas se triplicaron y los pigmentos protectores se multiplicaron por diez. «Desarrollamos unas condiciones de cultivo óptimas e inventamos una forma nueva y limpia de aumentar los niveles de compuestos bioactivos naturales saludables en las algas marinas hasta un nivel sin precedentes», afirmó Ashkenazi. «De hecho, produjimos ‘superalgas’ a medida diseñadas para ser utilizadas por las industrias emergentes de la salud para aplicaciones alimentarias y sanitarias».
Con su método de cultivo, los investigadores creen que en el futuro será posible elevar en las algas marinas materiales naturales adicionales con importantes propiedades médicas, como sustancias anticancerígenas, antidiabéticas, antiinflamatorias, antivirales y antibióticas. Además, la metodología actual tiene potencial para aplicarse en la industria acuícola mundial de algas marinas, y puede ayudar a promover el Estado de Israel como potencia líder en biotecnología de algas marinas.
Los investigadores también destacan que la acuicultura de algas marinas es respetuosa con el medio ambiente, preserva el equilibrio ecológico y, además, reduce los riesgos medioambientales al minimizar las cantidades excesivas de nutrientes antropogénicos y otros contaminantes, disminuir la emisión de gases de efecto invernadero y reducir la huella de carbono. De este modo, la acuicultura de algas puede ayudar a hacer frente a retos medioambientales globales como la contaminación, la pérdida de hábitats y la crisis climática.
Por último, Doron Ashkenazi concluyó: «En el futuro, la humanidad se centrará en crear soluciones medioambientales basadas en la ciencia, como la que ofrecemos en el presente estudio: tecnologías que fomenten el reciclaje y el uso racional de los recursos naturales sin sobreexplotarlos». El estudio demuestra, de forma práctica, cómo podemos disfrutar de los servicios de la naturaleza sin perjudicarla. Como sugieren las «algas marinas», podemos aprender de la naturaleza cómo preservarla, y así vivir y prosperar junto a ella».
Fuente: Aurora Israel