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Pulque, mezcal y cerveza artesanal: entre la tradición y los desafíos del mercado

Expertas plantean una visión general de los desafíos que enfrenta la producción de bebidas tradicionales en México y plantea la necesidad de buscar soluciones para garantizar su sostenibilidad y preservar nuestro patrimonio cultural.

La producción y consumo de bebidas tradicionales en México, como el pulque y el mezcal, revela una compleja interacción entre tradición, economía y mercado. Aunque estas bebidas son parte fundamental de la identidad cultural del país, los productores enfrentan desafíos que ponen en riesgo su sostenibilidad, según un artículo publicado en la Gaceta UNAM.  

El investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Sergio Moctezuma Pérez, consideró que los productores de pulque obtienen ganancias muy bajas, lo que los obliga a combinar esta actividad con otras para subsistir.

Señaló que, pese a que el consumo de pulque se ha extendido a diferentes clases sociales, los beneficios económicos no se han visto reflejados en los productores.

Por su parte, María Fernanda Plascencia de la Torre, de la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Territorial de Jalisco, señala que México alberga una gran variedad de agaves, utilizados para diversos fines, incluyendo la producción de mezcal.

Sin embargo, la denominación de origen puede excluir a pequeños productores que no cumplen con todos los requisitos, a pesar de la alta calidad de sus productos.

Mientras que Blanca Alejandra Camargo Ortega, de la Universidad de Monterrey, menciona que el consumo de cerveza en México es elevado y ha aumentado en los últimos años.

“A partir del año 2000, surgió un movimiento de cerveza artesanal, aunque representa una pequeña parte de la producción total”, indicó.

Por último, dijo que el consumo de cerveza, especialmente dentro de la familia, juega un papel importante en la socialización, especialmente entre los millennials.

Las expertas coinciden en que la producción de bebidas tradicionales en México enfrenta desafíos significativos, como la desigualdad en la distribución de beneficios, la dificultad para cumplir con las normas y la competencia de las grandes empresas. Sin embargo, también resaltan la importancia cultural y social de estas bebidas y la necesidad de encontrar soluciones para apoyar a los pequeños productores.

Fuente: El Economista

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