El bagazo de cerveza, un residuo resultante del proceso de prensado y filtración del mosto del grano de cebada, podría ser la base de una nueva barra de cereal rico en proteínas y fibras.
En ello trabajan unos investigadores de las Universidades Nacionales de Hurlingham, Quilmes y la Arturo Jauretche, ubicada en Florencio Varela, todas ellas de Argentina.
La directora del proyecto es Lina Merino, doctora en Ciencias Biológicas, quien se desempeña como profesora e investigadora en Microbiología y Toxicología de Alimentos en la citada universidad de Hurlingham.
Además, al bagazo de cerveza se le agregarían gránulos de kéfir, que se generan como excedente de la producción de la bebida fermentada del mismo nombre.
Estos gránulos son una fuente importante de microorganismos vivos que se adicionan a un alimento y que permanecen activos en el intestino ejerciendo importantes efectos fisiológicos y probióticos; es decir, son suplementos que poseen microorganismos vivos que ayudan a mantener o mejorar las bacterias buenas del cuerpo, en especial de la flora intestinal.
Merino adelantó que el objetivo es lograr un “producto de bajo costo y accesible para poblaciones socioeconómicas más vulnerables, que además comprende la reutilización del excedente de otros alimentos, por lo que tiene, además, un impacto ambiental positivo”.
“Parte del proceso de investigación tiene que ver con buscar distintos ligantes para que la barra tenga consistencia y pueda mantenerse el mayor tiempo posible, además de los análisis de la composición nutricional y microbiológica del producto”, agregó.
Además, detalló que también están previstos “estudios sensoriales para observar la aceptabilidad del producto”. El objetivo es que la barra tenga un buen sabor y textura, entre otros, para que se logre la mayor recepción entre la población.
Fuente: Argentina Investiga / Universidad Nacional Arturo Jauretche)